miércoles, 12 de febrero de 2014

“Amar al prójimo como a ti mismo”

Miguel Bellido Mora
Ex-Hermano Mayor

Miguel Bellido Mora-Entrega de llaves al Capataz de Honor
Muchas veces me he preguntado si de verdad, los que nos hacemos llamar cristianos, llegamos a captar, el verdadero mensaje de “AMOR” que nos dejó aquel que un día murió en la Cruz por todos nosotros.

Es duro pensar, que realmente todo es “Fachada”. Una hermosa portada, adornada de mil colores acogedores; que no son más, que una terrible y repugnante mentira. Eso sí, hipocresía aceptada por todos-as mientras no nos afecte a nosotros-as.

 Cuando se pasa de ser observador a vivir una situación en carne propia, toda visión cambia. Puñetas, no es lo mismo que le den una bofetada al de enfrente, que se la den a uno. Yo siento mucho que abofeteen a dicha persona. Por lo menos eso es lo que hago hacer ver al que tengo a mi lado. Otra cosa es, lo que siento en mi interior. Es más, si esa persona es conocida y me cae mal; mis manos interiores se frotan y se alegran. Incluso damos impulso mental al que dio la bofetada para que le duela más. Es nuestra parte negativa, el lado oscuro que nadie quiere reconocer, pero que todos tenemos.

Pero, oye ¿No eres cristiano? ¿Seguidor de Aquel que murió en la Cruz?
El solo pidió: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al Prójimo como a uno mismo”
¡Dos mandatos…. Solo dos!

Es triste, pero cierto y rotundo como la tormenta. Tronar y hacer ruido encumbra al fuerte con respecto al prójimo. La humildad, la Paz y la calma está bien para cartelería; poco más. El humilde no da garantía de futuro en un mundo de lobos habidos de notoriedad y liderazgo mafioso.

No convence el humilde. Pero he aquí que si vende. Es por esto, que las personas que llevan a gala esta virtud; por regla general son las encargadas de abrir caminos, quitar obstáculos y lograr objetivos. No importan las dificultades o las zancadillas. Pese a quien pese, la meta, es su único objetivo, no desistiendo hasta lograr alcanzarla. Mientras el éxito acompañe, todo, son parabienes, palmaditas y clamores de apoyo, (El Amor del prójimo. Pero todo entre comillas).

Normalmente, estas personas, creen sentirse arropadas y respaldadas por sus semejantes. Nunca más lejos de la realidad; tristemente, solo es la mula-o de carga que solo sirve para eso, “lograr objetivos”.

Por desgracia, cuando menos lo espera… ¡A LA CRUZ! Ya no eres necesario-a. El amor al prójimo no vende. Además por lo que se ve denota debilidad.
Más de 2.000 años, llevamos los terrícolas vendiendo amor envenenado. Y más de 600 años revistiéndonos en Semana Santa con la túnica de nuestra Hermandad.

¿Realmente sabemos lo que hacemos? ¿O simplemente somos como el pobre cirineo, que tras dura jornada de trabajo, se encuentra de casualidad en la Vía Dolorosa con Jesús y nos fuerzan a llevar con El la Cruz? Si es forzoso, ¿Qué hacemos aquí?

Por el contrario si es voluntario ¿Por qué, no seguimos su ejemplo? Yo, siempre he llevado a gala el ser humilde, revistiéndola de fortaleza; la misma que le pido a Dios cada noche: “Señor hazme cada día más fuerte y del mismo modo cada día más humilde”.

Yo no me avergüenzo de rezad y rogad cada noche por los demás y por aquellos que ya partieron a la casa del Padre.

No importa el daño que me hicieron, no importa. Sólo importa la mano que yo pueda tender al prójimo. Que esta sea reciproca, que juntos logremos un mundo respirable y vivificador. Sólo importa eso y entender claramente que Dios es amor.

En esta Semana Santa que vamos a de vivir, recordamos a Jesús. Su dolor y padecimientos, sus humillaciones, toda su agonía. Recordamos que venció a la muerte en una cruz, por amor a nosotros. Es nuestro amigo fiel, al que no debemos fallar cueste lo que cueste.


¡Y RECUERDA; AMA. AMA SIN MEDIDA A TU PROJIMO! Y “A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS”


"Una Estrella en el Canimo 2013"

No hay comentarios:

Publicar un comentario